Sleeping Beauty
2011 / Julia Leigh / Australia
Lucy (Emily Browning ) es una jóven universitaria con una situación económica muy precaria. Tiene varios trabajos con los que apenas sobrevive.
Su necesidad económica la lleva a aceptar situaciones comprometedoras, arriesgadas y en algúnos casos hasta de dudosa moralidad.
En su constante búsqueda de dinero, Lucy responde a un anuncio publicado en un periódico estudiantil, que le hace adentrarse a un obscuro mundo donde el poder, el dinero y extravagantes deseos se conjuntan para explotar la vulnerable situación financiera de estudiantes como Lucy.
Desafortunadamente, es un atizbo de una pavorosa situación existente y que en recientes años ha salido a la luz, arrastrando importantísimos nombres de políticos, financieros y celebridades por el lodo.
Una película que siempre mantiene una tensión erótica pero que nos muestra la obscura cara del deseo. Cuando se tiene dinero, poder e influencia, nuestra verdadera esencia sale a relucir, por más obscura y aberrante que sea.
Julia Leigh nos invita a un extraño viaje donde observamos las distintas formas que puede tomar el poder, según la personalidad, pasiones y perversiones de cada persona. Cómo es que cada quien se permite actuar ante la total vulnerabilidad de otro ser humano.
Un film que nos mantiene en un constante vuelco emocional mientras explora la dinámica del poder, la sexualidad, la necesidad y la vulnerabilidad humana.
Con una muy buena manufactura, de estética clásica y estudiada que nos invita a contrastar la natural hermosura de la juventud con lo marchito de la vejez.